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martes, 7 de abril de 2015

La gran estupidez del corredor

Errores en la alimentación, entrenamientos y carreras, son habituales para cualquier corredor. Nadie es perfecto, todos cometemos errores, y los corredores no están exentos.
Sin embargo, una cosa es cometer un error y otra cosa muy diferente,  es cometer una y otra vez una verdadera estupidez.
A continuación te contamos cuál es la gran estupidez del corredor y te invitamos a contarnos ¿tu has caído en este grave error?

LA GRAN ESTUPIDEZ DEL CORREDOR

Tener un plan de entrenamiento y cumplirlo, es muy importante para obtener los resultados que cada corredor se plantea.
Dentro de ese plan de entrenamiento, algunos de los factores que mas preocupación suele generar en los corredores, son la frecuencia y el volumen de entrenamientos.
Estos dos factores refieren a dos datos vitales para un corredor: qué tan seguido correr y cuantos kilómetros correr en cada uno de sus entrenamientos.
Si tienes un plan de entrenamiento adecuado para tus antecedentes como corredor y objetivos, deberá existir una relación entre estos factores y la distancia para la que te preparas.
Así, la frecuencia, el volumen (y la intensidad) no suele ser la misma en un corredor que se prepara para un maratón o para un 10k. Estos valores, tampoco son iguales entre diferentes tipo de corredores que se preparan para una misma distancia (no es lo mismo un corredor de 10k de 40 minutos que uno de 60 minutos).
Ahora bien, aunque tengas un plan de entrenamiento correcto y estés trabajando adecuadamente para cumplirlo, a veces es difícil escaparse a las molestias y/o lesiones.
Ante ellas, es cuando llega uno de los momentos mas difíciles para un corredor y donde una gran mayoría cae en lo que llamamos “la gran estupidez“.
La gran estupidez del corredor consiste en intentar continuar entrenando y cumpliendo con un plan de entrenamiento pese a una molestia que aumenta y que termina convirtiéndose en una lesión de importancia. 
Aunque parezca una obviedad, este error que es verdaderamente una estupidez, es repetido una y otra vez por corredores que se niegan a tomarse un descanso de 1 o 2 días y prefieren continuar corriendo con dolores o molestias que le impiden moverse con naturalidad.
El resultado final de este grave error, suele ser una lesión que obliga al corredor a tomarse un “descanso” mucho mas largo de lo que hubiera sido si hubieran parado a tiempo.
El dolor es la señal que te entrega tu cuerpo indicándote que algo no está bien, ya sea en forma previa a la producción de una lesión o cuando la misma se ha producido.
No escucharlo es un grave error y las chances de aumentar los daños son elevadas, lo mejor que puedes hacer como corredor es escuchar todas las señales que nuestro cuerpo nos da en cada kilómetro que corremos, si hay dolor detente.
Nunca hay que confundir el trabajo duro, con superar los límites de tu cuerpo y llegar a lesionarte.
Aunque hay determinadas molestias y/o lesiones que pueden ser curadas sin tener que dejar de correr (aquí hablamos de ello), hay otras que exigen tomarse un tiempo de descanso y/o de disminución significativa del volumen, frecuencia e intensidad de los entrenamientos.
Tener la habilidad y la cabeza fría como para decidir suspender y/o modificar un entrenamiento por una molestia, es vital para el éxito a largo plazo de un corredor.
De poco sirve cumplir con un entrenamiento exigente con dolor, para luego estar parado 1 mes por lesión; cuida tu cuerpo y mejorarás los rendimientos.